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ARTÍCULO: CONTEXTOS Y AJENIDADES: PRIMERA INFANCIA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

Es sabido que el desarrollo de niños/as en su Primera Infancia es primordial para un crecimiento -físico, psíquico y emocional- saludable; produciendo en el mediano y largo plazo, mediante un abordaje integral, positivos beneficios en su ser.

Analizando algunas políticas de Primera Infancia en el mundo es de destacar que los países más desarrollados en materia de Primera Infancia vienen realizando inversiones sistemáticas, desde hace muchos años, particularmente en el abordaje de la franja etaria comprendida entre los 45 días y los 3 años, con especial énfasis en poblaciones vulnerables.

Entre los más reconocidos podemos mencionar a EE.UU con sus políticas “Head Start” y “Early Start” (ejemplos puntuales son el Programa Perry de Michigan y Abecederian de Carolina del Norte); Italia con la pedagogía de Reggio Emilia (Loris Malaguzzi) abordaje que surge pos guerra y se extiende por el país (con énfasis en la zona centro); España, que aborda integralmente las problemáticas vinculadas a la infancia desde distintos programas comunales y nacionales con énfasis en la Convención de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y el cumplimiento irrestricto de estos derechos, y por otro lado Francia con una atención integral desde el nacimiento del niño, no solo otorgando licencias por maternidad y paternidad con una extensión de tiempo adecuada, sino tratando de no caer en la institucionalización inmediata del niño/a (su asistencia a Jardines Maternales por ejemplo) desarrollando programas de cuidados parentales, cuidados personalizados con cuidadoras profesionales, etc. Por su parte Inglaterra implementa, desde 1999, el programa “Sure Start” (Comienzo Seguro) que mejora la condiciones de vida de los niños/as de 0 a 4 años desde una perspectiva de vinculación y acceso directo a servicios de apoyo familiar, salud y educación, preparándolos para ingresar exitosamente a la educación formal.

Políticas públicas en América Latina: experiencias y expectativas

En Argentina se crea en el año 2015 el Plan Nacional de Primera Infancia y con él se pone especial énfasis en la Primera Infancia a nivel nacional.

En América Latina; si bien se visibilizo más tarde la importancia y las problemáticas vinculadas a Primera Infancia en el desarrollo humano, surgen ejemplos más que validos de atención primaria desde lo sanitario, la estimulación temprana, el desarrollo psicomotriz, etc. Algunos modelos de estos abordajes son el Plan CAIF de Uruguay, el Sistema de Protección Integral a la Infancia de Chile (“Chile Crece Contigo”), de “Cero a Siempre” de Colombia, así como “Primera Infancia Mejor” en Brasil que empodera a las familias, teniendo en cuenta su cultura y experiencias, en el desarrollo integral de sus hijos desde el embarazo hasta los 6 años.

Jamaica implementa exitosamente la política nacional de “Apoyo a la Crianza” que podemos decir comienza a gestarse en la década de 1950 con estudios e investigaciones sobre la vida familiar, pero recién se implementó en 2012 poniendo en funcionamiento los Parents Place (Lugares para Padres) instalados en los barrios, estos son espacios donde las familias reciben apoyos adecuados para la crianza de sus hijos. Otro programa a destacar es el Plan de Atención Integral a la Primera Infancia (PAIPI) de Panamá, que estimula en los niños/as el crecimiento y el óptimo desarrollo físico, emocional y psicológico.

Con base en las referidas experiencias queda claro que la Primera Infancia es también una responsabilidad del Estado y que debe ser –necesariamente- una prioridad pública. Los gobiernos de la región tienen hoy la oportunidad de priorizar la atención temprana garantizando el pleno respeto por los derechos de los niños/as y sus familias.

Dicha oportunidad -en materia de la atención a la Primera Infancia- implica el desafío de institucionalizar y ejecutar políticas públicas adecuadas y adaptadas a cada realidad territorial, cultural y familiar, primordialmente en poblaciones vulnerables.

Argentina y la Primera Infancia

En Argentina se crea en el año 2015 el Plan Nacional de Primera Infancia y con él, por primera vez en nuestro país, se pone especial énfasis en la Primera Infancia a nivel nacional. Dicho Plan abarca, fundamentalmente, el desarrollo integral del niño/a en espacios especialmente adecuados para ellos en todo el país.

Como en cualquier otro país de Latinoamérica o del mundo “en desarrollo”, en la Argentina se manifiesta desigualdad e inequidad. Dicho Plan tiene como objetivo fundamental “garantizar el crecimiento y desarrollo saludable de niños y niñas en situación de vulnerabilidad social entre cuarenta y cinco días y cuatro años de edad inclusive, en pos de favorecer la promoción y protección de sus derechos”.

Se trabaja en la promoción y protección, mediante el fortalecimiento de espacios de cuidado y abordaje integral de niños/as de 45 días a 4 años.

En función de este objetivo se trabaja en la promoción y protección, mediante el fortalecimiento de espacios de cuidado y abordaje integral de niños/as de 45 días a 4 años, que respalden una adecuada y saludable nutrición, así como la estimulación temprana y promoción de la salud, propiciando condiciones de participación activa en el ámbito familiar y comunitario que faciliten el proceso de su crianza y desarrollo.

Si bien no es posible evaluar una política pública en tan poco tiempo, cabe prever que los cambios más positivos se darán, básicamente, en la protección integral de derechos, la estimulación temprana y la nutrición.

Desafíos y abordaje de la Primera Infancia en Argentina

En estos contextos en general y en lo referido a nuestro país en particular cabe preguntarse: ¿Qué entendemos por necesidades en la Infancia? En primera instancia sabemos que el desarrollo de los niños/as durante la primera infancia estará directamente vinculado a los estímulos que reciban y los ámbitos familiares, educativos y socio-comunitarios en los que participen, siendo estos espacios garantes de su bienestar físico, psíquico y emocional.

El desarrollo social es tan necesario como una buena alimentación o una estimulación adecuada. Su ausencia es una forma de pobreza.

En la Primera Infancia es fundamental un adecuado equilibrio entre bienestar físico, psíquico y emocional, sobre todo considerando dentro de ellos lo vinculado a: contextos familiares, comunitarios, educativos y fundamentalmente los componentes de protección, nutrición, salud y educación. Esto proveerá al niño/a de herramientas claves para su desarrollo, aprendizaje, crecimiento saludable y supervivencia.

En el plano nacional será necesario priorizar y fortalecer -vinculando la inversión social y la convicción política- que la Primera Infancia es fundamental para el cumplimiento de lo establecido en la Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños tomando al niño/a como sujeto social y con derechos específicos.

Asimismo, teniendo en cuenta que el bienestar de los niños/as es multidimensional; se deben considerar condiciones que garanticen atención a la salud, nutrición, desarrollo social, educación, estimulación adecuada, etc. Dichas condiciones repercuten en una mejor inclusión en el ámbito escolar formal, desarrollo socio-emocional, aspectos psicomotrices entre otras manifestaciones positivas.

Texto Extraído de la Revista Electrónica NÚMERO 21, NOVIEMBRE DE 2017, «DESARROLLO INFANTIL TEMPRANO: PRECEPTO, OPORTUNIDAD Y DESAFÍO. Fundación Instituto para el Desarrollo Productivo y Tecnológico Empresarial de la Argentina. ENTREVISTA CON EL MGTR. RICARDO D. ZANFARDINI, DIRECTOR NACIONAL DE CAPACITACIÓN Y FORMACIÓN, SUBSECRETARÍA DE PRIMERA INFANCIA, SECRETARÍA DE NIÑEZ, ADOLESCENCIA Y FAMILIA, MINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL